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Una perspectiva psicológica sobre el dolor emocional no resuelto.


Dentro de los entornos laborales, es común enfrentarse a situaciones conflictivas que pueden resultar complejas de manejar, especialmente para aquellos que carecen de experiencia en este ámbito. Lamentablemente, en la actualidad, la palabra "tóxica" se ha utilizado de manera indiscriminada para etiquetar a personas que, en realidad, podrían estar lidiando con dificultades emocionales no resueltas.


Esta tendencia nos lleva a cometer el error de apartar en lugar de abordar la situación de manera constructiva. Es fundamental reconocer que, en los entornos laborales, al igual que en cualquier otro ámbito de la vida, las personas pueden enfrentar desafíos internos que les resulta difícil manejar.


En lugar de ignorar o estigmatizar este tipo de comportamiento, es esencial contar con profesionales capacitados que nos ayuden a entender y abordar el dolor emocional que algunas personas llevan consigo. De esta manera, podemos promover un ambiente laboral más comprensivo y colaborativo, donde cada individuo tenga la oportunidad de sanar y crecer tanto profesional como personalmente.


Desde una óptica psicológica, es crucial reconocer que el comportamiento tóxico en el trabajo puede tener raíces profundas en el sufrimiento emocional no abordado. Las personas que actúan de manera perjudicial pueden estar lidiando con una variedad de problemas personales, desde traumas pasados hasta dificultades actuales en su vida.


Para algunos individuos, el trabajo se convierte en un refugio para escapar de sus propios conflictos internos. Sin embargo, en lugar de encontrar alivio, proyectan sus frustraciones y angustias en el entorno laboral, creando un ambiente tóxico que afecta a todos los que lo rodean.

Es importante comprender que la toxicidad en el trabajo no es simplemente un problema de comportamiento, sino un síntoma de dolor emocional no resuelto. Como líderes y compañeros de trabajo, es nuestra responsabilidad fomentar una cultura de comprensión y apoyo.


En lugar de simplemente condenar el comportamiento tóxico, debemos buscar comprender las causas subyacentes y brindar recursos y ayuda a aquellos que lo necesiten. Esto puede implicar fomentar un ambiente de comunicación abierta, promover el autocuidado y el bienestar emocional, e incluso ofrecer acceso a servicios de asesoramiento o terapia.


 Al abordar el dolor interno no resuelto de los colaboradores, no solo estamos mejorando el ambiente laboral, sino que también estamos contribuyendo al bienestar general de cada individuo. Al fin y al cabo, un equipo emocionalmente saludable es un equipo más productivo y feliz.


Detectar colaboradores tóxicos en el trabajo puede ser crucial para mantener un ambiente laboral saludable. Aquí hay tres aspectos clave a tener en cuenta:

  1. Patrones de comportamiento negativo constante: Los colaboradores tóxicos tienden a exhibir patrones consistentes de comportamiento negativo, como críticas constantes, chismes, falta de cooperación, o actitudes pasivo-agresivas. Observar estos comportamientos de manera recurrente puede ser un indicador de toxicidad en el trabajo.

  2. Impacto en el ambiente laboral y en el desempeño del equipo: Los colaboradores tóxicos suelen tener un impacto negativo en el ambiente laboral y en el desempeño del equipo. Esto puede manifestarse en un aumento de conflictos interpersonales, una disminución en la moral del equipo, una reducción en la productividad y un aumento en la rotación de personal. Estar atento a estos cambios en el ambiente laboral puede ayudar a identificar la presencia de colaboradores tóxicos.

  3. Falta de responsabilidad y resistencia a la retroalimentación constructiva: Los colaboradores tóxicos suelen carecer de responsabilidad por sus acciones y pueden resistirse activamente a recibir retroalimentación constructiva. Pueden justificar constantemente su comportamiento, culpar a otros por los problemas o mostrar una falta de voluntad para cambiar. Identificar esta falta de responsabilidad y resistencia a la mejora puede ser un indicador de toxicidad en el trabajo.



A continuación, comparto cinco pasos sencillos para ayudar a una persona con toxicidad en el trabajo sin ser psicólogo:

  1. Escucha activa: Toma el tiempo para escuchar sinceramente las preocupaciones y desafíos de la persona. A menudo, simplemente ser un oyente comprensivo puede ser de gran ayuda para alguien que está lidiando con problemas internos.

  2. Brinda apoyo empático: Demuestra empatía y comprensión hacia la persona. Hazle saber que no está solo y que estás ahí para apoyarlo en lo que necesite. A veces, saber que tienen a alguien con quien contar puede marcar la diferencia.

  3. Fomenta el auto reflexión: Anima a la persona a reflexionar sobre su comportamiento y sus motivaciones. Puedes hacer esto planteando preguntas reflexivas que los inviten a examinar cómo sus acciones afectan a los demás y a ellos mismos.

  4. Ofrece perspectiva externa: Sin juzgar, ofrece una perspectiva externa sobre la situación. A menudo, cuando estamos atrapados en nuestras propias emociones, no podemos ver la imagen completa. Proporcionar una visión objetiva puede ayudar a la persona a obtener una nueva perspectiva.

  5. Sugiere recursos de apoyo: Aunque no seas un psicólogo, puedes sugerir recursos de apoyo adicionales, como grupos de apoyo en línea, libros de autoayuda o servicios de asesoramiento en el lugar de trabajo. Animar a la persona a buscar ayuda profesional si es necesario puede ser extremadamente beneficioso.


Al reconocer y abordar la toxicidad en el trabajo desde una perspectiva psicológica, podemos crear entornos laborales más saludables y compasivos, donde cada individuo tenga la oportunidad de crecer y prosperar tanto profesional como personalmente.

Fuente: Linkedin, Gaceta bajo la mira.



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