¿Cómo podemos ocuparnos de promover y proveer entornos laborales saludables para las personas? La respuesta claramente no es fácil, sobre todo sí, quizás, la salud mental es un tema que escasamente ha sido abordado dentro del contexto de las empresas. Transitar hacia una cultura organizacional que nos permita proveer de ambientes laborales saludables debiese ser un foco primordial en estos tiempos de incertidumbre, y en los que claramente las personas se han visto afectadas.
En este sentido, es importante considerar que, para avanzar hacia una cultura de apoyo y bienestar, es esencial contar con información fiable que nos permita conocer cómo se encuentra nuestra gente, de tal manera que podamos tomar decisiones basadas en la evidencia que nos entrega nuestro contexto y realidad.
Conocer qué piensan, sienten y/o creen los equipos, además de su percepción respecto de si se están brindando los recursos necesarios frente a las demandas laborales existentes, resultan ser esenciales a la hora de articular un sistema integral y estratégico en materia de salud mental.
Algunas de las métricas que más se han utilizado hasta el momento, para obtener información respecto al estado de salud mental de las personas, son datos biométricos básicos, hábitos de salud (ejercicio, alimentación, sueño y consumo de tabaco y alcohol), datos de ausentismo, análisis de opiniones, evaluación de factores de riesgo psicosocial, entre otras (Jensen, 2020). Si bien, es posible obtener información desde distintos medios y métricas, antes de iniciar un exhaustivo proceso de recopilación de datos, es fundamental que las organizaciones sean capaces de identificar en qué medida se prevé abordar las brechas detectadas:
¿Qué haremos con la información que tendremos?
¿Cuáles serán sus alcances?
¿Qué información como organización nos permitirá articular un sistema estratégico e integral para construir un ambiente laboral saludable y seguro?
¿Cuento con los recursos para hacerme de cargo de lo que me informarán los resultados?
Recabar información es solo una parte del proceso, por lo que debemos ser cautelosos con las expectativas que se puedan crear a nivel organizacional y de equipos en esta fase.
Fuente: apuntes mide, Centro UC, Medición-MIDE. Tania Verdugo y Sebarita Abaca.