Si bien algunos lo consideran débil o etéreo, la bondad y la compasión son pilares clave de nuestro bienestar mental. En este artículo, exploramos cómo ser amables con nosotros mismos y con los demás, puede hacer que nos sintamos nutridos y conectados.
Alguien dijo una vez que “en un mundo donde puedes ser todo, sé amable”. Y después de los acontecimientos del año pasado, puede haber sido más difícil de lo habitual tener esto en cuenta. A medida que nos hemos adaptado a circunstancias nuevas y estresantes y nos hemos preocupado por nuestra salud, no es de extrañar que hayamos experimentado todo el espectro de emociones y nos ha resultado difícil prosperar y ser las mejores versiones de nosotros mismos.
Pero, ¿cuánto mejor nos sentiríamos si pudiéramos ser un 10% más amables con nosotros mismos en el futuro y un 10% más amables con los que nos rodean?
En nuestro seminario web más reciente, Michaela Thomas, psicóloga clínica, terapeuta de parejas y fundadora de The Thomas Connection, aborda el tema de la autocompasión y la bondad, y explica por qué ser amables con nosotros mismos y con las personas que nos rodean es una base clave para nuestra Bienestar mental.
Sigue leyendo para descubrir nuestras cuatro razones principales por las que la compasión es una base clave para el bienestar mental, y consulte la grabación completa del seminario web a continuación.
1. Necesitamos compasión, porque la vida es dura.
La vida es desafiante, y nunca más que en el transcurso del último año. Hemos experimentado incertidumbre, nos hemos preocupado por nuestra seguridad y la de nuestros seres queridos, y nos hemos adaptado A nuevas formas de vivir y trabajar en circunstancias confusas. Como resultado, es posible que nos hayamos sentido más estresados, asustados, ansiosos o abrumados.
Pero estos desafíos que la vida puede arrojarnos son exactamente la razón por la que necesitamos autocompasión y compasión por los demás. Cuando llegamos A tiempos difíciles, debemos apoyarnos en nuestra compasión para ayudar A mantener nuestro bienestar mental bajo control.
2. Podemos sintonizarnos con nuestro lado amable y conectado con algunas respiraciones profundas.
Cuando nos sentimos estresados o ansiosos, a menudo se nos aconseja que respiremos profundamente antes de reaccionar. Y si bien puede parecer un cuento de viejas, en realidad tiene un impacto muy científico en el cuerpo. Está científicamente comprobado que tomarse un minuto para respirar profunda y lentamente ayuda a reducir el estrés, ya que ralentiza nuestro ritmo cardíaco, ralentiza los pensamientos acelerados y activa nuestro sistema nervioso parasimpático.
El sistema nervioso parasimpático es la parte de nuestro cuerpo que nos ayuda a descansar y digerir, estimula nuestro metabolismo y nos ayuda a relajarnos. Cuando somos capaces de activar esta parte de nuestro sistema nervioso, podemos sentirnos más tranquilos y más conectados con los demás.
3. La compasión se define por el coraje, la fuerza y la acción.
La compasión es cómo entendemos el dolor y el sufrimiento en nosotros mismos y en los demás, y cómo buscamos prevenir ese dolor o mejorarlo. Pero la bondad y la compasión a veces pueden tener una mala reputación, a menudo descritas como una debilidad, ser esponjosos, o fáciles de convencer.
“Así que disipemos ese mito ahora mismo: priorizar la autocompasión y la compasión hacia los demás no es una ruta fácil y requiere acción y compromiso.”
Se necesita coraje y fuerza para asegurarnos de que nos presentamos - a nosotros mismos y a los demás, para reconocer nuestras necesidades y tomar medidas. La autocompasión puede significar que terminamos diciendo no a alguien cuando nos pregunta algo, o siendo amables con nosotros mismos cuando cometemos errores. Ambos provienen de una posición de fuerza interior y confianza en sí mismos.
4. Nuestro crítico interno nos ayuda a protegernos del fracaso, pero puede evitar que seamos compasivos con nosotros mismos.
Todos hemos escuchado nuestra propia voz crítica interior que se activa de vez en cuando. Es la vocecita en nuestras cabezas que nos regaña cuando hemos hecho algo mal, o nos hace sentir mal cuando no logramos una meta que nos propusimos.
Nuestro crítico interno tiene una función muy real, y es protegernos del fracaso y la decepción. Nos ayuda a evitar que nos convirtamos en algo o en alguien en lo que no queremos convertirnos, como arrogantes, groseros o perezosos, y no siempre es fácil de ignorar.
En lugar de escuchar esta voz y dejar que dicte cómo actuamos, podemos empezar a suavizar su mensaje. La próxima vez que surjan estos pensamientos, trata de preguntarte si le dirías a un amigo lo mismo que te está diciendo tu crítico interior, o si serías tan duro con tu amigo como contigo mismo. Esto te ayudará a desentrañar gradualmente sus pensamientos y comprender tus emociones.
Fuente: “4 reasons why compassion is key to your mental wellbeing”. Cami Hogg. Unmind.
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